Reflejo

Quisiera tener tiempo para citarnos frente al espejo, presenciarnos desnudos y dispuestos. Ver cómo me sientas en tu regazo y me ordenas abrir las piernas, quieres explorar mi sexo mientras nombras cada parte anatómica en versos. Veo el éxtasis abrirse como una flor entre tus dedos, un clítoris humedísimo que pellizcas para arrancarme el primer suspiro. Acaricias mis senos, lames mi hombro y no puedo más que quererte dentro, tan dentro, TODO, todito, durísimo mientras muerdes el lóbulo de mi oído izquierdo. Eres despiadado entrando en mi, despacio, despacito en el reflejo de ese espejo que parece grabarlo todo y repetirlo con atraso. Respiras agitado a mis espaldas, tus caricias son lumbre que reclama mis cenizas para guardarlas por siempre. Y ahora embistes sin dejar de verte, el del espejo es un hombre demente, quien empapa sus dedos para darme a probar mi propio estertor. Lamo nuestro sabor y me llamas Guarra, Puta, Cerda. Sonrió porque quien más puede saciar tus bríos de fecundar el vacío con tus más blancas estrellas. Jugamos a encontrar nuestras miradas sobre la superficie de aquel espejo, pero ahora sólo se ve el humo de una ciudad en llamas.