Carta04


Autor: @MuereMata | vie, 15 de jun. de 2018 13:07

Y despierto con los sueños todavía enmarañados en el deseo y como una noche de verano la sangre galopa en todas direcciones al mismo tiempo. Mis manos te buscan como un ciego busca un vaso de agua, tanteando despacio, buscando provocar que gimas mi nombre, que le pongas mi apellido a todas las olas que azotan tu vientre. No me sé tu nombre, no te conozco, te sé soberana de mis fantasías, escritura sagrada, alcohol en mi garganta. Y estamos en los bosques alemanes, recitando poemas desnudos, mientras nos drogamos con raíces alucinógenas y nos emborrachamos con nuestros besos. Nos lamemos las heridos, nos acostados uno al lado del otro como perros que sueñan con mundos maravillosos y desconocidos. Busco tu espalda para acariciarla, tus hombros para morder, olfateo tu cabello; estamos rotos, nacimos rotos, pero nos remendamos en la hoguera del deseo cuando te penetro, y tus ojos se llenan de lágrimas y súplica y tu boca me exige monstruo, me exige desalmado a pesar de que derramo tanta alma por tu vientre y tus pechos. Caemos exhaustos al lado de los cadáveres de los que fuimos, y empezamos de nuevo el ritual para devorarnos las entrañas, la vida, la sangre, el sexo... Tus pezones están duros y atraviesas con ellos mis espíritus, toco tus labios vaginales y están ardiendo, entonces te volteo y te atravieso como una bestia, una bestia herida que sin embargo reclama algo de fuerza; es el apocalipsis, cabalgo como un potro pura sangre, te sujeto con fuerza, no te puedes mover, oigo tus gritos, tus uñas desgarran mi carne, entonces observas un búfalo, un búfalo que es como una corriente de electricidad que nos embiste a los dos; estamos en el éxtasis del dolor y el placer, todo se mezcla en la oscuridad de nuestra cueva. Sólo quedan los rastros de la batalla, la sangre, el semen, el sudor, la muerte vencida, la libertad con su bandera ondeante.

Comentarios

Entradas populares