Humo


Se que llevamos incontables días sin vernos y no niego extrañar el intercambio casual de fluidos e insinuaciones. Quizás debo aprender a robar el tiempo de mis otras ocupaciones y dedicarlo a ti. Retomar tus labios dónde nos quedamos, en el vivido imaginario dónde me masturbo pensando en tu falo a veces tierno a veces violento, en tus dedos dentro y fuera de mi. ¿Aún tiene la destreza del sexo oral que me enloquece? Aquella certeza de combinar olvidó y desenfreno mientras tu rostro es un trono dónde postrar mi sexo, en tanto tu diestra lengua me penetra. Mi clítoris punza entre tus labios y sabes que debes usar los dientes para arrancarme a gritos tu nombre. Sumerjo mi primer orgasmo en tu saliva para luego besarnos y probar mi propio sabor impregnado en comisuras, mejillas y cuello. Tu calor me funde en la urgencia de tenerte dentro, quiero que me sodomices para sentir ese placentero dolor que me hará recordarte siempre como aquel que embiste con ímpetu certero, deseo eyacules tu savia cálida y blanca en mi espalda. Quedemos rendidos uno a lado de otro dónde no hay más que vernos a los ojos antes de morirnos de risa y prender cada quien un cigarro.

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