Prohibido

Y me tienes húmeda con el vibrador en potencia máxima entre las piernas. Soy un mar que súplica por tu verga y su promesa de dulce semen y asfixia. No imaginas cómo me gusta ser tu puta abierta de piernas, con la sangre hirviendo en el sexo, los labios hinchados y el clítoris duro en espera de tus besos. Seré tu puta porque nunca me ha gustado ser hipócrita, me gusta ser montada por un hombre sin miramientos, que me arranque gritos de placer de la garganta para luego obligarme a beber su simiente. Tú eres ese hombre, un hermoso monstruo que me posee como el ímpetu de un demonio. Entras en mi reclamando sangre, apropiándote de todas mis pequeñas muertes, yo dejaré que penetres a fondo en cada recoveco de mi cuerpo y asumiré la posición de perra y te ofreceré la estrechez de mi esfínter prohibido. Ese orificio vedado al placer por las buenas conciencias. De solo pensarlo me fascina la idea, sonrió ofreciendo el culo a tu placer, me penetras severo como sólo tu sabes hacerlo, me muerdo los labios y me masturbo mientras tú respiras con la agitación de un demente. Es increíble la conjugación de infinito placer y exquisito dolor. Sólo quiero que eyacules dentro, sentir tu explosión mientras muerdes mi espalda y yo con lágrimas celebró ser tu puta bajo el peso de tu cuerpo satisfecho.

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